Efebos de Pedro Abad: Función, Simbolismo y Contexto Histórico
El descubrimiento de los Efebos Apolíneo y Dionisíaco (2012, Pedro Abad – Córdoba), en una finca localizada en el municipio cordobés de Pedro Abad – por el cual los efebos obtienen su apellido, Efebos de Pedro Abad-, constituyó un hallazgo excepcional dentro del ámbito de la estatuaria antigua en bronce. La singularidad de estas piezas radica no solo en su escasez a nivel internacional, ya que solo existen otras seis piezas más en todo el mundo (dos en Nápoles y uno en Florencia, Berlín, Rabat y Antequera), sino en el hecho de que ambas provengan del mismo contexto arqueológico al aparecer juntas, lo que aporta una valiosa perspectiva sobre su producción y uso en la antigüedad.
Datados entre los siglos I y II d.C., los efebos fueron esculpidos en bronce mediante la técnica de la fundición a la cera perdida, un procedimiento altamente especializado que permitía obtener figuras de gran detalle y refinamiento artístico. Su iconografía ha permitido su identificación con dos divinidades del panteón grecorromano: uno de ellos, coronado con hiedra, ha sido vinculado a Dionisos, mientras que el otro, por su peinado característico, ha sido asociado a Apolo. De ahí que sean conocidos como el efebo «dionisíaco» y el efebo «apolíneo», reflejando la profunda influencia de la mitología en la cultura material romana.
Ambas esculturas comparten una funcionalidad específica dentro del mobiliario de lujo de las élites romanas, encuadrándose dentro de la tipología de los portadores de lucernas o bandejas. Estas figuras, conocidas como servi tacentes o «sirvientes mudos«, se documentan frecuentemente en los triclinia de domus y villae romanas de alto estatus, donde cumplían una doble función: por un lado, como elementos utilitarios que sostenían fuentes de iluminación o recipientes, y por otro, como símbolos de estatus y sofisticación dentro de la escenografía doméstica.
Las investigaciones en torno a los efebos de Pedro Abad sugieren que pudieron haber formado parte del exorno de una villa próxima a la antigua ciudad romana de Sacili Martialium, identificada con el yacimiento de Alcurrucén. Este enclave, situado en un área de intensa romanización, habría albergado complejos residenciales de alto nivel, donde la presencia de esculturas de bronce de esta calidad reforzaba el prestigio y refinamiento cultural de sus propietarios. La continuidad de los estudios arqueológicos y arqueométricos sobre estas piezas no solo contribuye a la comprensión de su contexto original, sino que también permite valorar el papel del arte en la vida cotidiana de la sociedad romana.
Restauración de los Efebos de Pedro Abad, Innovaciones Científicas y Tecnológicas
El análisis de fuentes documentales y las técnicas de examen por imagen han permitido profundizar en la manufactura y funcionalidad de estas esculturas en su contexto original. En particular, la aplicación de fotogrametría ha posibilitado la reconstrucción tridimensional de los Efebos, integrando herramientas digitales avanzadas en los procesos de conservación y divulgación del patrimonio.
Desde un punto de vista técnico, como ya he señalado anteriormente, las esculturas fueron elaboradas mediante la técnica de fundición a la cera perdida por método indirecto, un proceso que implicaba la producción de diferentes secciones fundidas en moldes parciales que posteriormente serían ensambladas mediante soldadura. Los estudios arqueométricos han permitido caracterizar la composición de los metales, morteros y tierras de fundición extraídas del interior de las piezas mediante técnicas no invasivas o mínimamente invasivas. Especialmente relevante ha sido la datación por radiocarbono del mortero empleado en la fijación de los ojos del Efebo Apolíneo, cuya conservación excepcional ha permitido situar su aplicación en torno al año 180 d.C.
Además, los recientes trabajos de restauración en los Efebos de Pedro Abad, desarrollados a lo largo de más de dos años, han sido abordados con un enfoque multidisciplinar que combina conservación patrimonial y avances en ciencia de materiales. El objetivo principal ha sido garantizar la estabilidad estructural de las esculturas y recuperar su integridad formal y estética, mediante la mitigación de los procesos de deterioro, fundamentalmente derivados de la corrosión del metal. Para ello, se han implementado innovadoras estructuras internas que no solo han permitido la reintegración de los fragmentos originales, sino que también han facilitado la fijación segura de las esculturas a sus bases, asegurando su verticalidad original.
Uno de los aspectos más innovadores de esta intervención ha sido la incorporación de materiales de última generación, específicamente diseñados para ser compatibles con el bronce, pero sin precedentes en la conservación de bienes culturales. En este contexto, destaca la aplicación de poliamida 12, un polímero ampliamente utilizado en sectores como la automoción y la industria aeroespacial, cuya introducción en el ámbito patrimonial representa un avance significativo. Este material ha sido empleado en la fabricación de componentes estructurales esenciales mediante impresión 3D, a partir de modelos digitales obtenidos por técnicas de escaneo tridimensional. Gracias a este procedimiento, se ha logrado un vaciado interno preciso, optimizando la resistencia mecánica y minimizando la intervención sobre la materia original de las esculturas.
Este conjunto de investigaciones y desarrollos tecnológicos no solo ha facilitado la restauración estructural de los Efebos de Pedro Abad, sino que también ha abierto nuevas perspectivas en la aplicación de materiales avanzados y métodos científicos a la conservación del patrimonio cultural.
Efebos de Pedro Abad: Protección como Bien de Interés Cultural
El 14 de Mayo de 2019 la Junta de Andalucía procedió a la protección de las piezas de bronce como Bien de Interés Cultural, no obstante, no ocurre lo mismo con el yacimiento arqueológico de Alcurrucén identificado como la ciudad romana de Sacili Martialium cuyo procedimiento de incoación para su protección se extiende ya por casi una década.
Cabe mencionar que el Ayuntamiento de la localidad, lleva abogando por la protección de este yacimiento desde hace más de 40 años, cuando comenzara su labor allá por los años 80 del pasado siglo, siendo conocedores de primera mano del expolio al que el lugar se ha visto sometido durante décadas y cuyo valor histórico artístico y patrimonial queda de sobra avalado por los diferentes hallazgos aparecidos en el entorno u otros espacios con estrecha relación al yacimiento a lo largo de los años.